Una de las obras más emblemáticas del Paraguay, comparable incluso con la construcción de la represa de Itaipú, despliega en estos momentos tareas que en corto tiempo tendrán repercusión regional. Se trata del Puente de la Integración Bioceánica, una de las más grandes iniciativas que desarrollará el Corredor Vial Bioceánico, que conectará el océano Atlántico con el Pacífico y que unirá Asia o Europa a través de productos de Brasil, Paraguay, Argentina y Chile.
“La estructura del puente tendrá más de 1.300 metros de extensión, con doble carril por sentido y accesos complementarios. Actualmente, los trabajos registran un avance en torno al 82 %, y se prevé su finalización para el 2026″, destacaron desde el Ministerio de Obras y Comunicaciones (MOPC).
La magistral obra tiene un doble alcance, el de comunicar países con continentes y al mismo tiempo busca integrar el desarrollo de la infraestructura con la preservación de los valores culturales y naturales del territorio chaqueño.
Arqueología preventiva
Desde el MOPC indicaron que el especialista en patrimonio cultural, Enrique Bragayrac, forma parte del equipo técnico que acompaña las obras, con un enfoque en arqueología preventiva y conservación participativa. Recordó que la Ley Nº 5621/17 de Patrimonio Cultural establece que toda intervención debe garantizar la salvaguarda de los elementos culturales, tanto materiales como inmateriales, junto con su entorno inmediato.
“Cuando hablamos de patrimonio cultural, no nos referimos solo a la arqueología, sino también a nuestra memoria y nuestra identidad”, explicó. Añadió que este patrimonio incluye el tangible, relacionado con objetos y sitios; el intangible, vinculado a saberes y tradiciones; y el natural, asociado a los ecosistemas que sostienen la vida y regulan el ambiente.
Legado cultural invaluable
El experto señaló que el equipo cuenta con un documento resultado de dos años de investigación, elaborado a partir de testimonios de habitantes locales sobre el patrimonio inmaterial de Carmelo Peralta.
“Tenemos 60 plantas medicinales identificadas, usadas por la población, porque este lugar, antes del puente, era un lugar aislado, y el manejo de sus plantas era la supervivencia de las personas, y donde todavía la naturaleza te provee, y permite una resiliencia climática, además que forman parte de sus medios de vida”, explicó.
Saberes tradicionales
Bragayrac también destacó la importancia de preservar los saberes tradicionales ante los cambios que conlleva una obra de esta magnitud.
“La cultura, digamos, del conocimiento y los saberes tradicionales, es lo que estamos rescatando, sus usos, épocas de recolección y en algunos casos como ingreso familiar. ¿Por qué? Porque va a haber un cambio en los paisajes naturales y acá se sobrevive, en el Chaco, solo con el conocimiento del monte y el conocimiento de su biodiversidad y el clima”, afirmó.
Fonte: La Nacion