El espectacular cargamento de 23 toneladas de cocaína que cayó en Hamburgo y Bélgica, y tenía como destino Holanda según las informaciones preliminares, volvió a poner sobre el tapete la permisividad de las instituciones paraguayas respecto al ingreso y salida de mercancías de del país.
La semana pasada, el ministro del Interior Arnaldo Giuzzio se lamentaba, por ejemplo, que Paraguay no disponga de radares en el Chaco, lo que terminó convirtiendo a la Región Occidental del país en un “espacio liberado” para el narcotráfico y el crimen organizado.
Ahora, la falta de tecnología adecuada y el volumen del cargamento hacen “físicamente imposible” el control exhaustivo de todo lo que entra y sale del país, según reconoció el mismo director de Aduanas Julio Fernández.
Fernández informó que nuestro país moviliza anualmente unos 100 mil contenedores, 60 mil de importaciones, y 40 mil de exportaciones, y que el área a su cargo tiene solamente tres escáneres para 35 puertos, la mayoría privados.
“Necesitamos de mucha más tecnología”, dijo el funcionario entrevistado por radio Monumental. Afirmó que la “descapitalización del país en materia de seguridad” torna muy difícil la adquisición de nuevos equipos, que por sus características y su tecnología representan una significativa inversión por parte del Estado. “Para ponernos al día necesitaríamos una inversión de unos U$S 35 millones para 10 escáneres chinos”, ilustró.
Sin embargo, aclaró que ni los escáneres, ni la utilización de los precintos electrónicos, rastreables por GPS, que son muy comunes actualmente en el sellado de los contenedores, constituyen garantía frente a la capacidad de reacción que tiene el crimen organizado en el mundo. “Sirven para reducir los riesgos, pero no los elimina”, advirtió, argumentando que ni siquiera los países más desarrollados del mundo y con la mejor tecnología consiguen evitar el ingreso de drogas a sus territorios.
La aguja en el pajar
Fernández señaló que hallar las 16 toneladas de cocaína que salieron de Paraguay y fueron descubiertas en Europa la semana pasada, hubiera sido como “buscar una aguja en un pajar”, más aún con las constatables limitaciones en tecnología y personal.
“En ninguna parte se hace una revisión exhaustiva de las cargas; de los 500 millones de contenedores que se mueven anualmente en el mundo, solo se controla físicamente el 2%”, argumentó el titular paraguayo de Aduanas. “Lo ideal sería que la mayor parte pudiera pasar por escáneres”, agregó.
Dijo que el área a su cargo recurre a “análisis previos de inteligencia” para detectar cargamentos que pudieran resultar sospechosos, pero que, igualmente, “no es sencillo dar en el blanco”. “Cuando se incautó la cocaína en Europa, un ejército de policías trabajó días para revisar un contenedor, y si se trata de pintura no se puede abrir cada tarro”, ejemplificó.
De hecho, las autoridades paraguayas actuaron recién una vez descubierta la droga en Alemania y Bélgica. El Ministerio Público y la Secretaria Nacional Antidrogas (Senad) realizaron varios allanamientos a domicilios particulares en Asunción y las empresas Cartopar SA, en Mariano Roque Alonso, y Envases Paraguayos SRL, en Limpio, vinculadas a Pinturas Tupa SA, que fue la que envió la carga de pintura donde se descubrió oculta la droga, y que después intentó desmarcarse del ilícito argumentando que había sido víctima del crimen organizado trasnacional.
Fernández mismo, comentó que el cargamento de estupefacientes, considerado el alijo de droga más grande jamás incautado en los países europeos, salió de nuestro país el 18 de diciembre de 2020, y recaló en ocho puertos antes de llegar al viejo continente: Buenos Aires, Montevideo, Santos y Marruecos, entre otros. “En la mayoría se escanea la carga que sale de allí, pero no la que hace escala”, afirmó.
Fernández argumentó que pese a lo deficitario de nuestro sistema de control y fiscalización, la facilidad para el tráfico de drogas y el contrabando “se redujo significativamente y por eso es que hay incautaciones, como los 1.400 kilos de cocaína que cayeron en el Chaco en la semana”. “Ahora es menos fácil que antes”, señaló.
Actor clave
Luego de que se descubriera otro cargamento de cocaína procedente de Paraguay en Costa de Marfil, la organización InSight Crime hizo público un informe sobre el crimen organizado en la Triple Frontera donde presenta a nuestro país como un “actor clave” en la ruta del narcotráfico y el contrabando.
La organización destaca el hecho que Paraguay es el mayor productor de marihuana de la región, y que en los últimos años pasó de ser un país de tránsito de la cocaína al resto de Sudamérica y Europa, a convertirse en un actor clave, también, en su producción, haciendo referencia a laboratorios existentes en el Chaco, donde hace unos días se descubrió un importante lote de precursores de acetona utilizados en la producción del clorhidrato.
Merece también destaque al apartado que InSight Crime le dedica a la llamada “narcopolítica”, haciendo hincapié en la relación existente entre diversas figuras políticas y los cárteles de la droga, que terminan prácticamente siendo blindados por “instituciones corruptas y fácilmente permeables”.
Fonte: El Nacional