Argentina y Paraguay empataron 1-1 en el estadio de Boca Juniors, en partido que fue válido por la fecha III de las Eliminatorias Sudamericanas. Con mucha angustia, la Albirroja retorna al país con un punto bajo el brazo.
Es que al inicio del encuentro, Paraguay mostró una mejor sintonía colectiva, la que dejó de funcionar cuando se puso en ventaja.
A los 21′ de la primera etapa, Angel Romero convertía de penal la apertura en el marcador y desde ese momento, el trámite empezó a ser desfavorable.
Argentina copó los espacios con buena circulación, empujando progresivamente a su rival al fondo y obligándolo a defenderse, una opción reforzada por la debilidad ofensiva.
Con Almirón bastante ajetreado, un Darío Lezcano intrascendente y nada influyente en ataque y sin demasiadas ideas para la generación de juego, todas las fichas comenzaron a favorecer a la Albiceleste.
Así, el empate llegó a cinco minutos de cerrarse la primera mitad. Después lograrían el segundo a los 57′ por intermedio de Lionel Messi, pero esa anotación vino de una recuperación hecha con falta en el mediocampo.
A esas alturas, Argentina ya era tremendamente superior. El empuje que hizo y la actitud imperativa eran factores que ameritaban un gol más, el que llegó pero que fue invalidado por el VAR.
Suspiró Paraguay. Pero Eduardo Berizzo, renuente a cambiar a tiempo mantuvo al equipo que iba quedando sin piernas y sufriendo el constante asedio local, además de sufrir varios tiros libres de Messi, por quien estaban expectantes de alguna genialidad para desnivelar.
Vale el punto de visitante en este y cualquier escenario. Pero el saldo negativo es la resistencia del entrenador a cambiar cuando la necesidad golpea la puerta.
Tampoco hay demasiada resistencia física y se terminan los partidos apremiados y con marcas desajustadas. No obstante, Paraguay suma una vez más y cumple a cabalidad el reglamento de rescatar cuanto menos un punto fuera de casa, avalando el avance a las zonas de clasificación con números interesantes.
Fonte: HOY