La mitad de los diabéticos en Paraguay no lo sabe

La diabetes mellitus se consolida como uno de los principales desafíos de salud pública en Paraguay. Aunque se trata de una enfermedad ampliamente conocida, su impacto real sigue siendo subestimado: una de cada dos personas con diabetes no sabe que la padece, una situación que expone a miles de paraguayos a complicaciones graves y evitables.

De acuerdo con la 2.ª Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades No Transmisibles (2023), el 10,6 % de los adultos de entre 18 y 69 años vive con diabetes, una prevalencia que mantiene una tendencia sostenida al alza. Este crecimiento no solo preocupa por la cantidad de personas afectadas, sino también por el perfil de los nuevos diagnósticos, cada vez se detectan más casos en edades tempranas.

La doctora Fabiola Romero, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Endocrinología y Metabolismo, advierte que el subdiagnóstico es uno de los principales obstáculos para enfrentar la enfermedad. “Muchas personas no saben que tienen diabetes porque no presentan síntomas evidentes en las etapas iniciales o porque no acceden a controles médicos de rutina. Cuando finalmente consultan, a menudo ya existen complicaciones”, explica.

Una enfermedad ligada al estilo de vida actual

Los especialistas coinciden en que el avance de la diabetes está estrechamente relacionado con el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo, factores que hoy afectan a cerca del 60 % de la población paraguaya. A esto se suman hábitos alimentarios poco saludables, el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, y jornadas laborales extensas que dificultan la actividad física y el descanso adecuado.

“La diabetes ya no es una enfermedad exclusiva de adultos mayores. Hoy vemos casos en jóvenes, e incluso en adolescentes, como consecuencia directa del aumento del sobrepeso y la obesidad desde edades tempranas”, señala la Dra. Romero. Esta realidad genera un impacto a largo plazo, ya que un diagnóstico precoz implica convivir más años con la enfermedad y, por ende, mayor riesgo de complicaciones si no existe un adecuado seguimiento.

El alto costo del diagnóstico tardío

No detectar la diabetes a tiempo puede tener consecuencias severas. Entre las complicaciones más frecuentes se encuentran la nefropatía diabética, las enfermedades cardiovasculares, el daño neurológico, la retinopatía con pérdida progresiva de la visión y las amputaciones, muchas de ellas prevenibles con controles oportunos y tratamiento adecuado.

Desde el sistema público, el Programa Nacional de Diabetes (PND), dependiente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, brinda atención en alrededor de 60 unidades especializadas en todo el país y trabaja bajo el marco de la Ley N.º 5372/14 de Atención Integral a las Personas con Diabetes. No obstante, las autoridades reconocen que la demanda supera ampliamente la capacidad instalada, lo que deja a una gran cantidad de personas fuera del sistema de control regular.

Esta brecha en la atención refuerza la importancia de la prevención y del fortalecimiento de la atención primaria de la salud, donde la detección precoz puede marcar la diferencia entre una vida con calidad y la aparición de secuelas irreversibles.

Bienestar integral: más allá del control de la glucosa

En este contexto, el Día Mundial de la Diabetes se conmemora bajo el lema “Diabetes y bienestar a lo largo de las etapas de la vida”, una consigna que propone un abordaje integral de la enfermedad. El enfoque actual no se limita al control de los niveles de azúcar en sangre, sino que incorpora otros pilares fundamentales: alimentación saludable, actividad física regular, salud mental, descanso adecuado y entornos laborales saludables.

Los datos del Ministerio de Salud confirman además un aumento sostenido de la diabetes en niños y adolescentes, reflejo directo del crecimiento del sobrepeso y la obesidad infantil. Ante este panorama, los profesionales insisten en que educar, prevenir y acompañar son acciones clave para frenar el avance de la enfermedad y reducir su impacto en el sistema sanitario.

Prevención: pequeñas acciones, grandes resultados

La Sociedad Paraguaya de Endocrinología y Metabolismo recuerda que gran parte de la prevención está al alcance de la población y depende de hábitos cotidianos:

• Mantener una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras, fibras y con bajo contenido de azúcares y grasas saturadas.

• Realizar actividad física al menos 150 minutos por semana.

• Efectuar controles médicos anuales, incluso en ausencia de síntomas.

• Monitorear la glucemia cuando existen factores de riesgo como antecedentes familiares, obesidad, hipertensión o sedentarismo.

Cuidados del diabético durante las fiestas de fin de año

Las celebraciones de fin de año representan un desafío especial para las personas con diabetes, debido a los cambios en la alimentación, los horarios y el mayor consumo de alcohol. Los especialistas recomiendan:

• No saltearse comidas para compensar excesos posteriores.

• Priorizar porciones moderadas y elegir preparaciones más saludables.

• Limitar dulces, postres y bebidas azucaradas; optar por frutas frescas en cantidades controladas.

• Consumir alcohol con moderación y siempre acompañado de alimentos.

• Mantener los horarios habituales de medicación o insulina.

• Realizar controles de glucemia con mayor frecuencia durante esos días.

• Incorporar caminatas u otra actividad física ligera, incluso en jornadas festivas.

La diabetes no es una condena, pero sí una enfermedad que exige información, compromiso y acompañamiento. Romper el subdiagnóstico, fortalecer la prevención y garantizar el acceso a controles oportunos son pasos fundamentales para que miles de paraguayos puedan vivir mejor, más y con mayor bienestar, incluso en tiempos de celebración, acotó la profesional.

Fonte: Paraguay.com