Aunque muchos piensan que la lepra pertenece al pasado, la realidad sanitaria del Paraguay demuestra que sigue siendo una enfermedad presente y desafiante.
El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS) confirmó que en lo que va del año se registraron 218 nuevos casos de lepra en el país, manteniendo un promedio similar al de años anteriores y reflejando una tendencia epidemiológica estable.
El dato fue dado a conocer por el Programa Nacional de Control de la Lepra (PNCL), dependencia que monitorea la enfermedad en todo el territorio nacional. Durante el 2024, la cifra había alcanzado los 278 casos, por lo que la variación actual se considera dentro del rango esperado para una enfermedad endémica, es decir, persistente pero controlada.
“La lepra no está erradicada, pero sí controlada. Tenemos tratamientos eficaces, gratuitos y disponibles en todo el país. El desafío más grande hoy no es médico, sino social, vencer el miedo y el estigma”, explicaron desde el Ministerio de Salud.
Casos distribuidos en todo el territorio
De acuerdo con los reportes oficiales, el Departamento Central lidera nuevamente las estadísticas con 42 nuevos pacientes diagnosticados este año. Le siguen Alto Paraná con 25 casos, Concepción con 21, y San Pedro con 20. Otros departamentos, como Amambay, Caaguazú y Cordillera, también registraron diagnósticos recientes, incluyendo dos nuevos casos confirmados en Pedro Juan Caballero.
El patrón geográfico refleja una concentración en zonas de alta densidad poblacional y áreas rurales donde el acceso al sistema de salud es más limitado. Los expertos destacan la importancia del trabajo territorial de las Unidades de Salud de la Familia (USF), que permiten identificar lesiones sospechosas en etapas tempranas.
“El diagnóstico precoz evita discapacidades y detiene la transmisión. Una vez iniciado el tratamiento, la persona deja de contagiar en 24 horas”, recuerdan desde el Programa Nacional de Lepra.
Una enfermedad milenaria, aún con presencia moderna
La lepra, conocida también como enfermedad de Hansen, es causada por la bacteria Mycobacterium leprae. Afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, las mucosas del tracto respiratorio superior y los ojos. Aunque puede sonar como un padecimiento del pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 120 países reportan casos activos cada año, con alrededor de 200.000 nuevos diagnósticos anuales a nivel global.
Entre los síntomas más frecuentes se encuentran manchas en la piel con pérdida de sensibilidad, hormigueo o adormecimiento en manos y pies, debilidad muscular y, en casos avanzados, pérdida de cejas, pestañas o cabello en las zonas afectadas.
Si no se trata a tiempo, puede generar deformidades permanentes, limitaciones motoras e incluso ceguera.
Sin embargo, la lepra tiene cura desde hace más de cuatro décadas gracias al tratamiento antibiótico combinado, conocido como poliquimioterapia (PQT), distribuido gratuitamente en todo el mundo por la OMS. Paraguay adoptó este esquema desde 1985 y, desde entonces, la tasa de prevalencia disminuyó de manera sostenida.
El desafío invisible: el estigma
Más allá del aspecto clínico, uno de los principales obstáculos para erradicar la lepra es el estigma social. La discriminación y el miedo hacen que muchas personas retrasen la búsqueda de atención médica, perpetuando el contagio y agravando las secuelas físicas y psicológicas.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó recientemente que “el estigma sigue siendo un enemigo silencioso. Muchos enfermos evitan consultar por temor al rechazo o la vergüenza, y eso impide romper la cadena de transmisión”.
El embajador honorario de la OMS para el control de la lepra, el filántropo japonés Yohei Sasakawa, ha insistido en la necesidad de educar y sensibilizar a la población:
“En muchos países se percibe la lepra como una enfermedad del pasado, pero sigue afectando a miles de personas. No basta con medicamentos; hay que curar también los prejuicios”
filántropo japonés Yohei Sasakawa
En Paraguay, diversas campañas impulsadas por el MSP buscan justamente combatir ese estigma, promoviendo la detección temprana y la integración social de las personas curadas. El lema de las jornadas de concienciación es claro:
“La lepra tiene cura, el miedo no debe ser el obstáculo.”
Acceso gratuito y atención especializada
El Ministerio de Salud recuerda que el diagnóstico y tratamiento son gratuitos en todos los servicios públicos del país. Los pacientes pueden acudir a cualquier Unidad de Salud de la Familia o al Centro de Especialidades Dermatológicas, ubicado en el Hospital General de San Lorenzo (Calle’i), donde se realiza atención, seguimiento y rehabilitación.
Además, el país cuenta con profesionales capacitados en cada región sanitaria para el abordaje clínico y social de la enfermedad. La estrategia incluye visitas domiciliarias, controles de contactos y campañas periódicas de sensibilización comunitaria.
“Cuando el tratamiento se inicia temprano, el paciente puede hacer su vida normalmente, trabajar, estudiar y convivir sin riesgo de contagiar a los demás”, subrayan los especialistas.
Panorama regional y metas internacionales
En América Latina, la lepra continúa siendo un problema sanitario en Brasil, Paraguay, Argentina y Bolivia, países donde persisten focos endémicos. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que el objetivo regional es lograr la eliminación total de la lepra como problema de salud pública antes del año 2030.
Para ello, los países deben cumplir tres metas principales:
1. Reducir la tasa de nuevos casos con discapacidad visible en niños.
2. Eliminar los focos de transmisión activa mediante diagnóstico y tratamiento precoz.
3. Disminuir el estigma y promover la inclusión social de las personas afectadas.
Un llamado a la conciencia y a la solidaridad
Los especialistas insisten en que la lepra no se transmite fácilmente, pues requiere un contacto estrecho y prolongado con una persona enferma sin tratamiento. Tampoco se hereda ni es una “enfermedad de pobreza”, aunque sí afecta con mayor frecuencia a comunidades vulnerables con acceso limitado a la salud.
Fonte: Paraguay.com