Paraguay se encamina hacia un país más envejecido en 2050: desafíos sociales, económicos y de género

Paraguay, caracterizado históricamente como un país de población joven, experimentará en los próximos 25 años un cambio demográfico que transformará por completo su estructura etaria.

Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad media de la población pasará de los actuales 28,6 años (2024) a 38,9 en el 2050.

Esto implica que los paraguayos vivirán en un país con menos niños y adolescentes, y con un número creciente de adultos mayores, lo que plantea un escenario que exige planificación y políticas públicas sostenibles.

Un crecimiento poblacional más lento

El envejecimiento de la población no significa que Paraguay tendrá menos habitantes, pero sí que el ritmo de crecimiento se reducirá drásticamente. Mientras en 2024 el crecimiento poblacional rondaba el 0,71%, para 2050 se estima que apenas alcanzará el 0,18%. Las razones son claras: disminución de la tasa de natalidad y migración de jóvenes en busca de mejores oportunidades.

En cifras absolutas, la población total aumentará de 6,37 millones a 7,11 millones de habitantes en el periodo 2024-2050. El coordinador de proyecciones del INE, Milciades Brítez, explicó que este cambio coloca a Paraguay en una transición demográfica importante, “Será una sociedad más envejecida con relación a la actual, aunque todavía relativamente joven si se compara con países europeos o asiáticos que ya superan edades medias de 45 años”.

La pirámide poblacional se transforma

Las proyecciones revelan que la base de la pirámide —niños y adolescentes— se irá reduciendo, mientras que la franja de adultos jóvenes se mantendrá estable y los adultos mayores crecerán a mayor velocidad.

Para el 2050, se calcula que el 16,4% de los paraguayos tendrá más de 65 años, lo que representa cerca de 1,2 millones de personas en edad de jubilación. El contraste es evidente: hoy ese grupo apenas representa el 7,8% de la población.

Sin embargo, el problema no radica únicamente en el número de adultos mayores, sino en su acceso a seguridad social. La economista Ana Rojas Viñales alertó que gran parte de esta población no podrá acceder a una jubilación, debido a la altísima informalidad laboral que ronda el 64% en Paraguay. “El mercado de trabajo no logra generar demanda suficiente de empleo formal y de calidad. Las mujeres, en particular, están más expuestas porque se concentran en sectores inestables, con bajos salarios y sin cobertura social”, indicó.

El reto del cuidado: una carga invisibilizada en las mujeres

El INE incluyó por primera vez en sus mediciones el índice de atención disponible para adultos mayores de 80 años. El resultado muestra la magnitud del problema: actualmente existen 25 ancianos mayores por cada 100 mujeres de entre 50 y 64 años (las que usualmente cumplen funciones de cuidadoras). Para 2050, esa proporción será de 45 por cada 100, casi el doble.

Brítez advirtió que, con familias cada vez más pequeñas, habrá menos hijos disponibles para cuidar de sus padres. “La pregunta es quién se encargará de estas personas si el Estado no asume un rol protagónico”, reflexionó.

La economista Rojas Viñales remarcó que, en ausencia de servicios públicos de cuidado, son las mujeres quienes absorben esa responsabilidad de manera no remunerada. “Muchas se ven obligadas a abandonar trabajos formales para atender a los adultos mayores de su familia. Esto no solo limita sus ingresos, sino que perpetúa la desigualdad de género”, agregó.

Este fenómeno, conocido como “la crisis del cuidado”, ya es objeto de debate en varios países de la región. Naciones como Uruguay, por ejemplo, han comenzado a implementar sistemas nacionales de cuidados con apoyo estatal y comunitario para aliviar la carga en las familias. Paraguay, en cambio, aún carece de políticas de este tipo.

Impacto en las finanzas y en la calidad de vida

El incremento de adultos mayores sin jubilación ejercerá presión sobre los programas sociales no contributivos y sobre el gasto público. Si el Estado no refuerza sus finanzas, la sostenibilidad del sistema de protección será un desafío crítico.

Además, la salud será otra de las áreas más exigidas. Con el envejecimiento poblacional aumentan las enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y los problemas cardiovasculares. Esto obligará a fortalecer la infraestructura hospitalaria y a capacitar al personal de salud en geriatría y atención prolongada.

Proyecciones como herramientas de planificación

Las proyecciones poblacionales no son meros cálculos estadísticos, constituyen un insumo central para diseñar políticas de largo plazo. Permiten prever la demanda futura en salud, educación, empleo, seguridad social, transporte e incluso vivienda.

Si Paraguay aprovecha estos datos para anticiparse, podrá generar políticas públicas más inclusivas y sostenibles. Pero si se ignoran, el país podría enfrentar una crisis social marcada por adultos mayores desprotegidos, mujeres sobrecargadas con trabajos de cuidado y un sistema económico presionado por la informalidad laboral, advierten los expertos.

Fonte: Paraguay.com