En nuestro país, las cifras revelan que solo el 31,3 % de los bebés menores de seis meses recibe lactancia materna exclusiva, muy por debajo de la meta nacional del 50 %. Las autoridades sanitarias reconocen el estancamiento y la necesidad de acciones integrales para revertir la situación.
Nutrición, protección y salud emocional
La lactancia materna no solo alimenta, también protege, conecta y sana. Aporta todos los nutrientes esenciales para el desarrollo del recién nacido, fortalece su sistema inmunológico y previene enfermedades como la diarrea, infecciones respiratorias, otitis y alergias.
Pero sus beneficios van más allá del plano físico. El acto de amamantar promueve el vínculo emocional madre-hijo, regula el desarrollo neurológico, reduce el estrés materno y protege a la madre frente a enfermedades como el cáncer de mama, ovario y problemas cardiovasculares.

“La lactancia genera un bienestar integral, físico y mental, que trasciende a la madre y al bebé, impactando en la salud de toda la sociedad”, afirmó la Dra. María Irrazábal, directora de la Dirección de Salud Integral de la Niñez y la Adolescencia (Dirsina).
El desafío: construir redes de apoyo reales
Desde el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPBS), se reconoce que las mujeres no pueden —ni deben— transitar solas el camino de la lactancia. “Uno de nuestros grandes desafíos es fortalecer las redes de apoyo, tanto en el entorno familiar como en los servicios de salud y espacios laborales, para que cada madre pueda amamantar en un ambiente seguro, digno y sostenido”, remarcó Irrazábal.
Este año, se distinguió a instituciones y empresas que ya cuentan con salas de lactancia adecuadas, como sanatorios, centros comerciales, cooperativas, en cumplimiento de la Ley 5508/15, que obliga a habilitar estos espacios en lugares con más de 10 trabajadoras. No obstante, su implementación aún es limitada.
Nodrizas: una práctica ancestral con presencia en la actualidad
En este contexto, surge una pregunta:
¿Sigue existiendo la figura de la “nodriza” en Paraguay?
Históricamente, las nodrizas —mujeres que amamantan hijos que no son suyos— eran una figura clave en comunidades rurales y urbanas del país. Cuando una madre no podía producir leche o había fallecido, era común acudir a una mujer en periodo de lactancia reciente para alimentar al recién nacido, especialmente durante los primeros días de vida.
Aunque esta práctica tiene raíces antiguas y fue muy común en el Paraguay de antaño, en la actualidad ya se ha desplazado, pero no desapareció por completo. En situaciones de urgencia médica o vulnerabilidad extrema, aún pueden encontrarse casos espontáneos y comunitarios de mujeres que ofrecen amamantar a bebés de otras familias, particularmente en zonas rurales, donde el acceso a bancos de leche o servicios hospitalarios es limitado.
No obstante, hoy la tendencia se orienta hacia la donación controlada de leche humana a través de los bancos de leche certificados, como los del Hospital San Pablo de Asunción y la Fundación Los Ángeles en Ciudad del Este. Estas instituciones garantizan la seguridad, trazabilidad y calidad del alimento recibido por los bebés, especialmente prematuros o en estado crítico.
A pesar de ello, la figura de la nodriza permanece en la memoria colectiva como un ejemplo de solidaridad femenina, de maternidad compartida y de cuidado comunitario. Algunas madres entrevistadas recuerdan con gratitud a vecinas o familiares que ayudaron en momentos difíciles, “prestando su pecho” en un acto de amor profundo y desinteresado.
Los bancos de leche: alternativa segura y solidaria
Desde 2010, Paraguay cuenta con bancos de leche humana que permiten a madres donantes extraer, conservar y compartir su leche, que luego es pasteurizada y distribuida a hospitales para alimentar a recién nacidos que no pueden ser amamantados por sus madres.
Estas donaciones salvaron cientos de vidas, especialmente en unidades de terapia neonatal.
“Mi hija nació prematura y no podía succionar. Gracias a la leche donada, pudo fortalecerse y salir adelante”
Rosa, madre beneficiaria del programa.
Acompañamiento real: el rol de los grupos “madre a madre”
En paralelo a las políticas institucionales, existen en el país grupos comunitarios de apoyo a la lactancia que funcionan bajo el modelo “madre a madre”. Estos espacios brindan contención emocional, asesoría práctica y ayudan a superar mitos y miedos que muchas veces desaniman a las madres.
Sin embargo, su presencia aún es escasa y requiere mayor difusión y respaldo, especialmente en zonas rurales y comunidades indígenas, donde las barreras culturales, el desconocimiento y la falta de acceso a servicios limitan el inicio o continuidad de la lactancia.
Educación y formación, claves del cambio
El Instituto de Previsión Social (IPS) y el MSPBS desarrollaron durante esta semana charlas informativas, talleres, capacitaciones y jornadas de sensibilización en hospitales y centros comunitarios, dirigidas a profesionales de salud, madres, estudiantes y familias.
Además, se busca incorporar el enfoque de parto humanizado y contacto piel con piel en las maternidades públicas, favoreciendo la primera toma de pecho en la “hora de oro” tras el nacimiento.
Un llamado urgente: revertir el estancamiento
Con apenas un tercio de los recién nacidos amamantados exclusivamente, Paraguay se enfrenta a un estancamiento peligroso que compromete no solo la salud de sus niños, sino su futuro como sociedad. La falta de salas adecuadas, los mitos persistentes, el escaso acompañamiento, el regreso laboral sin garantías y la desigualdad de acceso siguen siendo barreras estructurales.
Por eso, los especialistas insisten en que la lactancia materna debe ser tratada como una prioridad de salud pública, con presupuestos, leyes aplicadas, formación continua y campañas sostenidas.
Lactancia materna: una responsabilidad de todos
Amamantar no debería ser un privilegio, sino un derecho garantizado. Para lograrlo, es necesario el compromiso conjunto de gobiernos, empresas, profesionales, familias y comunidades.
Porque una madre bien acompañada, amamanta mejor. Y porque apoyar la lactancia es también construir una sociedad más justa, saludable y humana, agrega la profesional.
Fonte: Paraguay.com